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  Regístrate y Participa en nuestro   * * *   F O R O   * * *              Opinión Jorge Sentís 24-11-2008 

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La Unión Europea nos vende su último producto

‘Proceso de Bolonia’, ‘Convergencia europea’ ó ‘EEES’ (no confundir con ‘AAS’ uno de los nombres comerciales de la aspirina)  son las distintas marcas de la misma ‘moto’ que nos quiere vender (los responsables políticos de cualquier signo ya la han comprado) la UE. Ahora solo falta convencer a los ciudadanos en general y a los protagonistas en cuestión (profesores, alumnos, comunidad universitaria en definitiva) en particular; y en ello se están aplicando, cual intrépidos comerciales, las autoridades políticas, educativas y los medios de comunicación.

            Las reglas del marketing son claras: sólo se le dirá a la gente lo que le agradará escuchar: alta empleabilidad de los egresados, libre movimiento entre universidades europeas, validez de los diplomas expedidos en todo el territorio de la Unión. Detrás de estos eslóganes publicitarios, ciertamente atractivos y deseables, están los objetivos de peso de los que no se habla abiertamente, aquellos capaces de aunar las voluntades de los poderes económicos y políticos a su servicio: una especie de reconversión cultural  destinada a reducir drásticamente el tamaño de las universidades y someter su régimen de funcionamiento a las necesidades del mercado y a las exigencias de las empresas.  Ésta es la tesis (la cuál comparto) que mantiene en un interesente artículo José Luis Pardo catedrático de la Universidad Complutense de Madrid (El País, 10 noviembre 2008), que se suma a otras voces insumisas que se han ido manifestando en los últimos meses: Rector de la Complutense de Madrid; Domingo Garí, profesor de la ULL (Diario de Avisos, 21 de mayo 2008); muchas otras en toda Europa y en multitudinarias manifestaciones de estudiantes y profesores convocadas en países de la UE (Italia y Francia especialmente).

            Ese proyecto de ‘reconversión’ (recordemos que la reconversión industrial en nuestro país consistió básicamente en el cierre de múltiples empresas, despidos masivos y privatización –apropiación indebida- de las empresas públicas rentables) aplicado al espacio de la enseñanza superior  es ampliamente contestado por numerosas universidades europeas en lo que supone de pérdida de autonomía académica  frente al mercado y desmantelamiento de la enseñanza pública; pese a ello, en éste país el proyecto está en marcha: los días 20, 21 y 22 de noviembre se reúnen los Consejos Sociales de las universidades españolas (El Mundo, 19 de noviembre 2008) para coordinar la reconversión junto con el ministerio correspondiente, la comisión europea y con la asistencia del Banco Mundial (¿?) (si asiste la banca es que hay negocio a la vista, digo yo).

              El Rector de la ULL  manifiesta (La Opinión, 19 de noviembre 2008) que lo mejor es dejarse llevar:…. “la ULL no debe rechazar el Espacio Europeo. Autoexcluirse del proceso sería como intentar frenar en plena marcha  un tren de alta velocidad”. En estas declaraciones no hay argumentos, ni a favor ni en contra: hay una aseveración (quizás inspirada en algún remoto decreto franquista relativo a la  ‘debida obediencia’ de las autoridades académicas), y una metáfora, que sugiere la parálisis de ideas que produce el vértigo de la velocidad. No sé, estas expresiones me pueden, estoy acostumbrado al discurso de la razón y no al de las alegorías.

            Y hay más en ese artículo de La Opinión. El Rector, hablando en calidad de cabeza de lista del grupo claustral (RC) dice: “No se puede decir no a la Convergencia europea. En ese sentido si nos confrontaríamos”, mas adelante la periodista relata:..”el actual rector incidió en el carácter dialogante y negociador del grupo claustral”. Sin comentarios.

             A tenor de lo expuesto hasta aquí, creo necesario que EUPAS debata internamente sobre el significado del EEES, a sabiendas de que es un tema controvertido  y complejo pero trascendente, y elabore un discurso y un posicionamiento claro a favor  del principio programático de defensa de la educación pública. Más que necesario, es imprescindible.

Última modificación: 20 de enero de 2009